Jaspers “concepción del mundo”
La realidad es aparición fenómeno, mas no es la realidad en sí misma. Estamos arrojados en este mundo real, en el cual son los medios del conocimiento científico, universal mente reconocido, podemos asomarnos más allá de el, solo el conocimiento filosófico nos libera del cautiverio en este mundo.
El primer paso del conocimiento filosófico consiste en admirarse de lo evidente, considerando que es y que significa que nosotros, como sujetos, estemos dirigidos intencionalmente a los objetos así como que, para nosotros toda la claridad proceda de esa escisión en sujeto-objeto. Partiendo de ese asombrarse de lo que en cada instante representa d lo que hasta entonces resultaba natural e incuestionable, y que antes no se comprendía de un modo consiente, se llega a las preguntas siguientes: ¿Es esta vida en el mundo fenológico algo así como un despertar de un sueño, como un salir de la oscuridad de lo que siempre ha sido inconsciente? , ¿Es esa la única claridad que es dado aclarar?, O es esa la vida en la escisión sujeto-objeto una vida comparable a un sueño?, ¿es esa claridad de hecho, un obscurecimiento de ser propiamente dicho y de sí mismo?. La respuesta no se da a través de ningún conocimiento, sino que, sino por muy extraño que resulte, proviene de una decisión.
Si por el contrario, quiero lograr la claridad en este mundo fotomecánico, mediante la realidad de mi vida y mi responsabilidad, y mediante el conocimiento, con la esperanza de que ese es para nosotros el inevitable camino para alcanzar toda la posible claridad que se encuentre mas allá, en otra parte, entonces el fenómeno no es para nosotros una mera apariencia, ni la vida es un sueño.
No perdamos de vista que todo nuestro conocimiento finito está muy lejos de ser un estado de plenitud. y es lógico que nos preguntemos, si, pensando, podríamos hallar fuera de nuestro conocimiento, por así decir, un lugar desde el cual dicho conocimiento resulte en suma penetrable. Desde ese lugar es cierto es cierto que no se alcanzaría un nuevo saber ni nuevos objetivos en el mundo, mas desde allí se transformaría mi conciencia del saber, y con ello, me transformaría a mí mismo.
W. Dilthey “Teoría de las concepciones del mundo”
Todo hombre histórico tiene una idea o con capción dl mundo del mundo que no es primaria mente una construcción mental.
La última raíz de la concepción del mundo es la vida.
El uno “mismo” no existe sin ese otro que es el mundo. La última raíz de la visión del mundo es la vida.
De la reflexión sobre la vida nace la experiencia vital. Los acontecimientos individuales que provocan el haz de impulsos y sentimientos en nosotros, al encontrarse con el mundo circundante y el destino, se reúnen en saber objetivo y universal.
El yo, las personas y las cosas entorno pueden nombrarse los factores de la conciencia empírica y esta consistirá en las relaciones mutuas de esos factores.
Entre estas experiencias vitales que fundan la realidad del mundo exterior y mis relaciones con él, las más importantes son las que limitan mi existencia y ejercen sobre ella una presión que no puedo eliminar; las que frenan mis intenciones,. La suma de mi saber se basa en estos supuestos fundamentos en la conciencia empírica.
El centro de todas las incomprensibilidades es la generación, el nacimiento y el desarrollo y la muerte.
Las incomprensibilidades fuerzan a representaciones imaginativas que tienden a hacer comprensibles esos hechos.
Los temples vitales forman el estrato superior del desarrollo de las visiones del mundo.
Luego, a partir de las experiencias vitales, se producen los intentos de solución de los enigmas de la vida.
Precisamente en sus formas superiores se hace especial mente valido un método: la comprensión de un algo dado inconcebible por medio de otro más claro. Lo claro se convierte en medio de intelección o fundamento explicativo de lo inconcebible. La ciencia analiza y, entonces, desarrolla, en las situaciones homogéneas así aisladas sus relaciones generales; la religión, la poesía y la metafísica originaria expresan la significación y el sentido del todo.
Aquella conoce, estas comprenden. Una interpretación semejante del mundo, que aclara su ser múltiple mediante algo más simple, germina ya en la lengua y se desarrolla en la metáfora como sustitución de una intuición por otra a fin, que la hace en algún sentido más evidente.
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